La salsa secreta del presupuesto 2019

Esta propuesta de presupuesto hizo algo bien interesante: dejó que su salsa secreta estuviera en las estimaciones.

El presupuesto propuesto para 2019 logra gastar más sin aumentar impuestos o incorporar nuevas tributaciones, debido (entre otras cosas) a cambios en la forma en la que se están estimando los ingresos.

Año con año, el Congreso solía aprobar un presupuesto distinto al que terminaba ejerciéndose. Esto había sido ampliamente documentado por expertos que alertaban sobre la práctica sistemática de que el presupuesto aprobado típicamente no reflejaba con claridad y veracidad cuánto y en qué realmente se terminaban gastando los recursos.

Así, el presupuesto era como una “caja negra” (sic) que poco a poco se iba revelando conforme se iba ejerciendo en el año fiscal, pero que no se parecían mucho a lo aprobado inicialmente. Era común, como lo mencionaba México Evalúa en sus investigaciones, que a lo largo del año se encontraran nuevos recursos. Así, por ejemplo, tan sólo hasta octubre de este año se habían gastado 145 mil millones de pesos más de lo aprobado en el presupuesto de 2018.

Todo esto es importantísimo para evaluar la calidad de las estimaciones hechas hoy en el PPEF 2019.

Si al presupuesto 2019 se le analiza conforme a los ingresos aprobados en 2018, se observa un incremento de 6.3% en el presupuesto total. Esto es mucho. Sin embargo, si se le observa conforme a lo verdaderamente ingresado en 2018, lo propuesto para 2019 es en realidad una reducción de 0.5%. Lo mismo sucede con los ingresos petroleros. Se estima para 2019 un crecimiento de los ingresos petroleros respecto de lo aprobado en 2018 de 14.3%. Esto parece muchísimo, a menos de que se le compare con el cierre estimado real de 2018. Al hacerlo, la diferencia es de tan sólo uno por ciento. 

No dudo que haya mucho dinero que no se haya presupuestado anteriormente. Identificar y ubicar este dinero me parece un esfuerzo loable por lograr un presupuesto más transparente.

Las estimaciones que me preocupan más y que deben ser ajustadas por el Congreso en su evaluación del presupuesto son los factores macroeconómicos. Los indicadores básicos de los criterios de política pública con los que se hizo el PPEF 2019 son optimistas, quizá demasiado optimistas en algunos puntos. Mientras que Banxico estima un tipo de cambio de 20.59 pesos por dólar para 2019, SHCP lo estima en tan sólo 20. Esto es por debajo de su valor actual. Lo mismo sucede con el crecimiento económico (Banxico en 1.8% y SHCP en 2%), y con la inflación (Banxico 3.89% y SHCP en 3.4%).

Ajustar estos números es crítico porque de ellos depende que los cálculos del tamaño de la deuda, los ingresos petroleros, y básicamente todo el presupuesto, sean acertados.

Finalmente, e independientemente de las estimaciones, me parece que el PPEF 2019 muestra con claridad lo que será el gobierno de AMLO.

La prioridad son los programas sociales de transferencia directa a jóvenes y a adultos mayores.  Habrá 44.3 mil millones de pesos (mdp) asignados al Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, 17.3 mil mdp para becas de educación media. Destaca también la Pensión para Adultos Mayores, que, con un presupuesto planteado de 100 mil mdp, planea duplicar la cantidad que reciben. La prioridad será la reactivación de las zonas rurales y la agricultura, pero no por medio de Sagarpa (esta secretaría pierde el 28% de su presupuesto).

Los grandes perdedores de este presupuesto serán los que ya sabíamos: los órganos autónomos (excepto Inegi) y las policías federales. El INE pierde el 35% de su presupuesto y el Instituto Nacional de Transparencia el 17.9%. Esto no sorprende, pues ya en múltiples ocasiones AMLO había expresado su desconfianza a la autonomía de estos organismos. La seguridad se centrará en Sedena, y con ello las policías pierden.

Si me preguntan qué es lo que más me duele de este presupuesto es que Cofece no tenga más presupuesto. Aumentar la competencia, como lo ha mostrado Carlos Urzúa, es crítico para lograr aumentar el consumo entre los más pobres.