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Guía práctica de Putla para dummies

Columnista Invitado Nacional

Columnista Invitado Nacional

 

 

Por Fernando Aguirre

 

…Ella no es de Veracruz, tampoco es de Pinotepa,

                es la linda morenita que le llaman la Putleca…

                (La Putlequita, Prudencio Navarrete)

 

Quizás no sea la gran ciudad colonial, tampoco es destino de playa; en efecto, no forma parte de los sitios turísticos predilectos que posee el estado de Oaxaca y que, mayormente, frecuenten los visitantes, pero bien podría serlo por su riqueza multiétnica, cultural y biodiversidad.

Putla Villa de Guerrero está enclavada en la Sierra Madre del Sur, donde convergen la región mixteca y la costa oaxaqueña; es, para los lugareños, una frontera, un paso obligado de tránsito con gran relevancia estratégica militar y comercial en la zona que data, incluso, desde la época prehispánica.

Derivado del vocablo mixteco ñuu ñuma, “lugar de humo o neblina” y del náhuatl poctlan, este municipio tuvo un gran florecimiento en la época colonial por la explotación de la caña de azúcar. De entre los ingenios que tuvieron gran auge en el siglo XVIII aún sobreviven vestigios de lo que fuera la hacienda La Concepción del Progreso, cuna además de Dios nunca muere, himno de los oaxaqueños, compuesto por Macedonio Alcalá en su estancia en esas tierras.

En la historia, a la región de Putla se le reconoce como uno de los bastiones donde el Gral. Porfirio Díaz, refugiado en Oaxaca para reorganizar a su Ejército de Oriente, sorprendió a un destacamento imperialista encabezado por el Gral. Ceballos, el 14 de abril de 1866. Ésta fue una de las victorias con las que Díaz se consolidó militarmente, contribuyendo así a la restauración de la República en 1867. 

La diversidad cultural del distrito de Putla la hace única al albergar etnias como los mixtecos, tacuates, triquis y nahuas. Sus diez trajes típicos, que provienen de los poblados de Constancia del Rosario, Las Flores, Mesones Hidalgo, Putla, San Jorge Río Frijol, San José Yosocañú, San Pedro Amuzgos, Santa María Zacatepec, Triqui Alta y Baja, son una amalgama de colores que, junto con el folclore y alegría que caracterizan al hombre y mujer putleca se presentan en las fiestas de la Guelaguetza.

Es en esta fiesta étnica donde Putla se hace presente con su Carnaval Putleco, representado a través de sus tres comparsas: copalas, mascaritas y viejos de carnaval, con las que, además de los tiliches y madrinas, contagian al público con la algarabía y picardía de sus sones y chilenas, dignas de su mestizaje entre lo costeño y mixteco.

Además del carnaval, otra de las celebraciones de mayor arraigo es la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Natividad de María. Festividad en la que las calendas, los cunes (personaje que representa a un guajolote), la pirotecnia y los ritos religiosos envuelven a la población en durante días de fiesta en septiembre.

Esta región de Oaxaca también se caracteriza por su rica gastronomía, sobresale  el mole de chicatana, masita con barbacoa de chivo, chileatole, coyules, tamales de chileajo con puerco, pan de sesteadero, así como los compuestos (bebidas a base de frutas naturales reposadas en aguardiente de caña) de nanche, guanábana, tamarindo, entre otros.

Qué decir de la exuberante vegetación y clima de la zona, bañada por los ríos Copalita, Tilapa, Santa Cruz Río Venado, además de las cascadas de Mexicalcingo y la famosa Hondura del Diablo.

Se podría seguir describiendo las bondades de este terruño oaxaqueño más allá de los problemas económico-sociales que enfrenta tanto Putla como cualquier otra población mayoritariamente indígena. En estos tiempos donde se requiere la unidad y solidaridad entre los mexicanos, no caben expresiones discriminatorias y clasistas desde una condición de privilegio, más aun cuando quienes son los señalados se esfuerzan día a día por salir adelante pese a las adversidades.

Quien conoce Putla, no se queda con la descripción de “horrorosa y arrabalera” que hiciera Jorge Castañeda, se queda con sus colores, sabores y calidez de su gente, se queda con el estribillo de La Putlequita.: “Yo no soy veracruzano, tampoco tamaulipeco; yo soy puro oaxaqueño y también puro putleco”.

 

*Con información de los cronistas putlecos: Lic. Héctor  Carrizosa y Prof. Miguel Ángel Ramírez

 

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