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Mujeres, maestras, trabajadoras

Carlos Ornelas

Carlos Ornelas

                Un abrazo solidario para nuestra compañera,

                Isabel González. No estás sola.

 

Los símbolos pesan, manifiestan hábitos arraigados, producto de la realidad y de la ideología, aunque a veces cambie el lenguaje. El machismo es ente real y símbolo.

Sí, ya tenemos la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, pero la mudanza en el uso no genera equidad ni paridad de género. Un solo ejemplo: alrededor del 70% de docentes de primaria son mujeres, pero los hombres ocupan más del 80% de los puestos de liderazgo en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

El mensaje de Alfonso Cepeda Salas, en el festejo del Día Internacional de la Mujer (Trabajadora, como fue la conmemoración al principio, no oficial, sino militante), que organizó el SNTE el viernes pasado, aseguró que, en cada escuela, los jefes buscan “la igualdad de género, la defensa de los derechos de las mujeres y la promoción de valores cívicos y éticos”.

La arenga de Cepeda Salas fue para halagar al presidente López Obrador, no a las maestras. Claro, puso su oratoria en género femenino, pero para alinearse a la retórica oficial; usó palabras caras al Presidente: “sociedad igualitaria, justa, democrática, incluyente y tolerante”.

La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo el viernes que “las docentes están creando un mejor México y una patria nueva” y cantó loores al Presidente.

No obstante, como lo documentan piezas de colegas investigadores, a las maestras se les encargan las labores más pesadas, los “grupos difíciles” y lidiar con “padres de familia conflictivos”. Además, igual que en otras partes, son víctimas del machismo y del patriarcado; sufren de agresiones de todo tipo. Aunque hay que reconocer que, gracias a sus luchas y denuncias, esos fenómenos dejaron de ser invisibles. El feminismo de muchas maestras lo hizo conspicuo.

Hoy y mañana miles de maestras, al igual que millones de mujeres, manifestarán su hartazgo contra los feminicidios y toda traza de brutalidad en contra de ellas. Una lucha legítima a todas luces que el Presidente tomó como protesta en contra de él. Una muestra de insensibilidad, con todo y que diga que “nosotros siempre hemos defendido los derechos de las mujeres”.

Otra muestra de indiferencia fue cuando le pidió a nuestra compañera Isabel González que abrazara y perdonara a un seudoperiodista que amenazó con matarla, en su presencia y en las redes.

La marcha de hoy y el paro de mañana son gritos fuertes de ¡ya basta! Es una lucha de mujeres, maestras y trabajadoras en defensa de su vida y derechos.

Muchos varones las acompañamos en su pugna, unos con historia de larga data, otros por convicción reciente. El presidente López Obrador nos pone en un mismo saco: “Los conservadores se disfrazan de feministas”, dijo. Él se autodenomina humanista.

No necesitamos camuflaje: estamos en contra de la violencia criminal y en contra de todo tipo de violencia hacia las mujeres. ¡Ni una más!

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