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CIUDAD DE MÉXICO.
“El Hospital Infantil de México Federico Gómez sigue siendo el número uno en México y en muchos lugares de Sudamérica. La investigación que se está haciendo aquí difícilmente se hace en algún otro hospital pediátrico del país”, afirma su director, el doctor José Alberto García Aranda en entrevista con Excélsior.
—¿De qué podría presumir el hospital, hoy, en su 75 aniversario?
—Es el único hospital pediátrico que hace todos los trasplantes posibles: hígados, riñón, corazón y todos esos los hacemos aquí en niños.
El especialista lamenta que la falta de donadores de órganos sea una limitante.
“Si tuviéramos más donadores tendríamos muchos más trasplantes porque tenemos capacidad para hacerlo en nuestros quirófanos, pero sobre todo en los médicos capacitados para hacer los trasplantes; de eso presumimos, de tener un staff de médicos, enfermeras, anestesiólogos, cirujanos, dedicados de tiempo completo”, destaca.
Por otro lado, motivo de satisfacción para el doctor García Aranda es la atención a los niños con cáncer.
“Les tuvimos que hacer un edificio nuevo en estos últimos años para que pudieran estar más cómodos. Todos los días en promedio llega un niño nuevo con cáncer, lo que acumula más de 365 niños en un año y eso nos da como resultado que tenemos dos mil 500 pacientes con leucemia en control en el hospital, y que de esos pacientes se cura el 85% de ellos”, enfatiza.
“Si lo compara con Estados Unidos o Europa, estamos cercanos a las cifras que ellos tienen de curación”, añade.
Como parte de los avances tecnológicos del hospital, refiere que se adquirió un equipo de resonancia magnética de tres teslas (antes tenían uno de 1.5 teslas) que sirve para ver, a través de imágenes, cómo caminan los estímulos dentro del cerebro de un niño y corregir las deficiencias.
El equipo se pudo comprar gracias a que el hospital ganó un concurso de investigación sobre este tema que implicaba 1.5 millones de dólares. El gobierno federal aportó otros 1.5 millones para adquirirlo.
Finalmente, García Aranda señala que el hospital es un centro de enseñanza avalado por la UNAM donde se capacitan médicos en diversas especialidades. Sin embargo, hay más sustentantes que plazas.
Además de estar recertificado, está acreditado para atender a niños que sólo cuentan con Seguro Popular.
Hace siete años, Ximena volvió a nacer
Un papá “entrón” le dio una segunda vida a su hija: el riesgo que tiene de morir es demasiado alto.
Ximena Madelein Téllez Gasca no deja de sonreir mientras su papá y el médico que la trasplantó de hígado hace siete años cuentan su historia de éxito. Y no es para menos; atrás quedó el sufrimiento cuando ella tenía tan sólo un año y diez meses de edad y sólo ocho kilogramos de peso.
Por fortuna llegaron al Hospital Infantil de México Federico Gómez con el doctor Gustavo Varela, quien los incluyó en un protocolo para ser trasplantados de urgencia pues el tiempo apremiaba y se corría el riesgo de muerte, tanto del donador como del donante.
“Si nos esperábamos a que llegara un donador cadavérico pues nos iba a ganar y como los papás eran jóvenes (él tenía sólo 26 años) entrones, nos fuimos por el donador vivo y nos fue muy bien gracias a Dios”, agrega el doctor Gustavo Varela del Hospital Infantil.
Permanecieron 17 horas en el quirófano. El papá de Ximena, José Antonio Téllez Rubio, había sido advertido de los riesgos, y decidió correrlos.
“Tú le volviste a dar la vida por segunda vez, no la pariste a la primera vez pero ahora sí le quedó peor (su abdomen) que una cesárea y la cicatriz fue más grande la herida de una cesárea”, comenta el doctor Gustavo Varela a manera de broma.
A Ximena en su escuela, va en tercero de primaria, no la tratan como una niña especial.
“No saben mis amigos lo que tengo, sólo mi maestra”, cuenta la menor.
Aunque sí, su papá recuerda que ahora le festejan su cumpleaños al higadito en agosto y todos en el salón se preguntan que por qué Ximena tiene dos cumpleaños.
Tendrán merecido reconocimiento
El doctor José Alberto García Aranda adelanta que para hoy habrá un evento para festejar el 75 aniversario de la fundación del Hospital Infantil.
“Vamos a ponerle el lobo al San Francisco que bendijo el papa Francisco, para los que crean en eso pues el Papa le dio su bendición al San Francisco y vamos a hacer un muro que ya está terminado con los nombres de todos aquellos que le dieron nombre al hospital”, señala.
“Los próceres que le dieron nombre porque la historia del hospital es muy especial. A los pocos años de haberse creado el hospital, el doctor Federico Gómez (su primer director) se lleva la mitad de los médicos y funda el hospital del Centro Médico Nacional, el infantil y, años después, le piden a todos los médicos del hospital que hagan los planos del entonces IMAN; ése iba a ser el Hospital Infantil de México.
“A la mera hora la esposa del presidente Luis Echeverría dice no, ese hospital es para mí y se va a llamar el IMAN. Entonces la mitad de los médicos del hospital decidieron quedarse para conservar el nombre del hospital, que eso era lo importante. Y gracias a ellos se conserva el Hospital Infantil de México”, cuenta el doctor Aranda.
Ese muro es en reconocimiento a todos esos médicos que resistieron esa imposición.