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Expresiones

Adiós a Marie José Tramini, la llama de la inspiración

La viuda de Octavio Paz falleció ayer en la Ciudad de México; el FCE ignora qué pasará con los derechos de autor del Nobel

Virginia Bautista | 27-07-2018
Foto: Archivo Excélsior
Foto: Archivo Excélsior

CUIDAD DE MÉXICO.

Marie José Tramini fue llama antes que musa. El fuego que inspiró a la artista plástica francesa para hacer caber mundos enteros en pequeñas cajas, su arte-objeto, prendió otras vidas, como la del poeta mexicano Octavio Paz (1914-1998), su pareja durante 34 años.

La mujer que dio “energía vital”, “un segundo aire”, al Nobel de Literatura 1990 murió ayer hacia las 11 de la mañana en su casa de Polanco. “Ella realmente fue el impulso de Octavio, su inspiración, el aire bajo sus alas”, comentó el historiador Enrique Krauze, quien la conoció hace más de 40 años.

Siento muchísimo la pérdida de Marie-Jo. Siempre me impresionó su alegría, su brillo, su vitalidad contagiosa, su ingenio, era enormemente ingeniosa y muy inteligente”, agregó.

El director de editorial Clío y la revista Letras Libres añadió que Paz “tuvo una vida amorosa muy difícil y en buena medida desdichada, diría yo, hasta los 50 años, que conoció a Marie-Jo en la India. Y puede decirse que hay un antes y un después en su vida. En muchísimos sentidos, Marie-Jo le dio la energía vital no sólo poética, sino en general. Le dio un segundo aire hasta el final de su vida”.

Destacó que la viuda de Paz era una artista plástica con mucho mérito. “Pero creo que ella deliberadamente supeditó su vida a querer a Octavio y a cuidarlo. Vivieron juntos grandes alegrías, aventuras, viajes. A partir de los años 60, Octavio tuvo una trayectoria siempre ascendente y parte vital se lo debe a ella”.

Krauze detalló que la última vez que convivió con ella fue el pasado 19 de abril en El Colegio Nacional, cuando se conmemoró el 20 aniversario luctuoso del autor de El laberinto de la soledad. “Estaba recluida. Tenía muchos achaques. Era difícil verla. Pero siempre fue muy generosa y mostraba su afecto”.

Fue justo con ese motivo que, el pasado 19 de abril, Marie José Tramini narró a Excélsior cómo vivía la ausencia de su esposo. “Deseo recordarlo como un hombre vital. Estoy muy triste. Lo extraño muchísimo. Imagínate. Pero he estado concentrada en recuperar la vida que pasamos juntos. Para mí fue un regalo”.

Marie-Jo, como le decían de cariño, y Paz se conocieron en 1962 en una recepción diplomática en Delhi, a donde el poeta llegó como embajador en la India, Ceilán y Afganistán, se narra en el prólogo del libro Viento entero, reeditado en 2014.

Ella, casada entonces con el asesor político de la embajada de Francia en el país asiático, pronto se divorció y, en junio de 1964, empezaron a vivir juntos. Así, Paz encontró, a sus 48 años de edad, a la mujer de la que no se separaría hasta su muerte.

Yo compartí toda esta parte física, vital de él. Nos amamos mucho tiempo y, gracias a él, yo creo en la felicidad”, explicó hace tres meses. “Era muy cariñoso, muy atento conmigo. Me amaba. Todo eso de verdad no se puede explicar, hay que vivirlo”, dijo.

El escritor Alberto Ruy Sánchez, amigo y compadre de Marie-Jo Paz, madrina de su hijo Santiago, subrayó ayer que ella se convirtió en la gran promotora de la obra paciana. “Para nosotros era familia. Siempre cercana. Le hablaba dos veces a la semana. El viernes fue el último día que hablé con ella. Siempre esperaba a que me hablara para no agarrarle mal sus tiempos. Era muy fijada a su rutina. Se dormía todos los días a las cuatro de la madrugada y se despertaba a la una de la tarde”, señaló.

El director de la revista Artes de México aceptó que “estaba muy sola, pero era una soledad habitada, una soledad poblada. Nunca fue depresiva, nunca la escuché deprimida. Era muy considerada, increíblemente risueña, llena de bromas. Nunca nada negativo.

Estaba llena de planes. Todo el tiempo hablaba de lo que quería hacer. Siempre estaba pensando en los festejos o ediciones de Paz. Tenía el enorme deseo de escribir sus memorias”, indicó.

Por su parte, Juan Carlos Rodríguez, editor del Fondo de Cultura Económica, comentó que como casa editorial se sienten muy orgullosos de tener en su catálogo la obra de Paz, uno de sus autores estrella, y de haber trabajado muy de cerca con su viuda. “Pero, ante la muerte de Marie-Jo, que era su albacea, no sabemos qué pasará con sus derechos de autor. Estaremos atentos a estas decisiones”.

Los restos de la artista francesa, cuya muerte lamentaron las autoridades culturales y el presidente Enrique Peña Nieto, fueron velados anoche en la Funeraria Gayosso de Félix Cuevas.

 

cva

 

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