Niegan negligencia en muerte de Candy tras sismo del 19S

CIUDAD DE MÉXICO.

Hace un año, Candelaria Tovillo quedó atrapada entre los escombros que dejó el colapso del edificio de cuatro pisos ubicado en Saratoga 714, en la colonia Portales. Luego del sismo, permaneció cerca de 72 horas a la espera de un rescate que, presuntamente, nunca llegó.

Tenía apenas dos meses que había entrado a laborar como trabajadora del hogar con la familia Bárcenas, quienes rentaban un departamento en este edificio.

Aquella tarde del 19 de septiembre de 2017, Candelaria dejaría huérfanas a tres niñas y a su joven hermano, a quien había criado como un hijo propio.

Bajan lo más rápido posible para llegar a la tienda, cuando se empieza a desgajar el edificio, y mi mamá comenta que Candy le habla para comentarle que se le va a caer algo encima, y, efectivamente, mi mamá alcanza a ver cómo se le cayó el muro encima a Candy”, relató a Excélsior, Gabriel Bárcenas, hijo de la empleadora de Candelaria.

Sobre las horas subsecuentes de aquel fatídico momento hay dos versiones: la primera, que se divulgó en los días posteriores al temblor, era que Candelaria permanecía viva y pidiendo auxilio para su rescate; la segunda, que murió instantáneamente debido al muro que le cayó encima.

Todavía unas horas antes estaba con vida, es lo que comenta la gente, tocaba un barandal con la llave que tenía en manos. Me comentan que el día del rescate el cuerpo de Candy seguía tibio, nada más”, señaló Bárcenas.

La razón por la que Candelaria fue rescatada hasta el tercer día del temblor fue porque Olivia Corral, directora de Asuntos Sociales de la Ciudad de México, encargada de la operación de esta zona, impidió la intervención de rescatistas, ya que el edificio estaba a punto del colapso total y se pondría en riesgo a más personas.

No fue hasta después de 72 horas que Héctor Méndez, coordinador de Topos Azteca intercedió por los familiares de Candelaria ante las autoridades, y arriesgó su vida y la de otros dos compañeros topos para intervenir en el edificio y rescatar a la víctima, algo que ningún otro grupo se atrevió a hacer.

Era imposible hacer la recuperación de la señora Candelaria porque el edificio estaba en muy malas condiciones, estaba con un grado de inclinación”, relató el rescatista de Topos Azteca.

Al preguntarle al topo Méndez respecto a si hubo negligencia en el rescate de Candelaria Tovillo, el hombre respondió:

Tenía en las manos las llaves, efectivamente, pero ya muerta, la señora no tuvo oportunidad de llamar por teléfono, fue instantánea su muerte, ese tipo de golpes causa tal muerte que no te das cuenta de que te moriste”, manifestó.

Actualmente, existe una carpeta de investigación en la Procuraduría capitalina que indaga respecto al rescate y muerte de Candelaria, caso que, a un año de registrarse, no ha presentado mayores avances, ya que se presume que la funcionaria Olivia Corral no ha asistido a los citatorios, de acuerdo con lo expuesto por fuentes familiares de la hoy occisa.

Aunado a estas explicaciones, Gabriel Bárcenas asegura que el edificio colapsó porque a un lado existía una excavación profunda con la que se pretendía construir un edificio de vivienda, lo que afectó los cimientos y reblandeció la estructura del inmueble, donde su familia habitaba.

Yo digo que fue por la excavación profunda, ya que estaban haciendo una cisterna muy pegada al edificio. Se cimbraba totalmente con las máquinas”, reconoció Bárcenas.

La madre de Gabriel y empleadora de Candelaria Tovillo también quedó atrapada entre los escombros; sin embargo, por su ubicación, ella sí pudo ser rescatada, y a pesar de las fuertes policontusiones que sufrió, pudo ser trasladada a un hospital oportunamente, salvó su vida y aprendió una lección.

Alguna vez se lo comenté, y le dije: ‘Cuando tiemble aquí nunca corras para abajo, siempre ve para arriba, siempre, y agárrate de lo que más puedas’, y esta vez no hizo caso”, finalizó.

 

Gabriel Bárcenas, hijo de la empleadora de Candy, asocia el colapso de su edificio a una excavación contigua. Foto: Paola Hidalgo

cva