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La dificultad de decir no

Luis Manuel Arellano Delgado | 13:08
https://cdn2.excelsior.com.mx/media/pictures/2016/06/07/ladooscuro_header.jpg Luis Manuel Arellano Delgado

Al momento de inconformarse muy pocas personas se apropian del lenguaje. Las mayorías hacen eco a opiniones que no son suyas. En lugar de construir repiten argumentos ajenos: datos, chistes, críticas y hasta memes o videos viralizados que circulan en redes o medios de comunicación.  

Digamos que no hay creatividad en la protesta. Diariamente las redes sociales documentan esta práctica, pues millones están convencidos que repetir la tendencia de algún contenido constituye una efectiva manera de protestar. Una creencia que arrastramos en el tiempo; a mediados del siglo pasado el cacique potosino Gonzalo N. Santos (1897-1979) advertía sobre las huestes acríticas con la siguiente sentencia: parecen perros de rancho; solo el primero sabe por qué ladra.

Por ello es que la fórmula generalizada del desencanto social  -que repite lo que dicen los demás-  termina procesada en la opinión pública como la voz de una élite a donde confluyen líderes de opinión, políticos, intelectuales y artistas. Solo ellos.

Es por lo anterior que el recurso de reclamar a través de la voz de unos cuantos alienta una protesta que se silencia a sí misma. De acuerdo a Klaus Heinrich el lenguaje se pierde cuando el ser renuncia a plantear interrogantes. Por eso considera que la dificultad de decir no -inicialmente un pequeño problema al interior del lenguaje- aparece como el problema del lenguaje en la situación de la ausencia del lenguaje. Esta dificultad es el problema de una generación sin lenguaje que se niega a sí misma, lo cual puede observarse en la suposición de que las protestas fuertes son las que suman muchas, miles, millones de voces y reciben el nombre de trending topic.

La aproximación a la sociedad que enmudece fue planteada por el profesor Heinrich durante los años 40. Lo hizo a partir de una interrogante fundamental para Alemania en la posguerra, ¿por qué se respaldó el movimiento destructivo nacionalista de Adolfo Hitler?

Esta pregunta no ha perdido vigencia cuando vemos, en nuestra región, infinidad de regímenes políticos respaldados por millones de simpatizantes acríticos pero sobre todo negados a emplear la fuerza del lenguaje. Ahí están los casos emblemáticos de Nicolás Maduro en Venezuela y de Donald Trump en Estados Unidos.

Para el viejo filósofo alemán radicado en Berlín la pérdida del poder unificador del lenguaje es un fenómeno social que necesita aquilatarse en la evaluación de toda protesta.

Si bien el enfoque de Heinrich tiene una dimensión ontológica, muchas de las anotaciones contenidas en un ensayo suyo de 1964 revisten de formidable vigencia. Ahí asegura que “nada está más vacío de contenido, nada es más general que el no”, toda vez que éste puede dirigirse contra todo y aliarse simultáneamente con todo.

Protestari en su antigua acepción significa romper el silencio ante testigos, para que no se malinterprete como consentimiento, advierte el autor y sentencia: protestari significa defenderse de un silencio comprometedor. No obstante el vocablo “no” puede proyectarse en dos direcciones.

De acuerdo al profesor alemán  la más divulgada de esas vertientes considera “peligroso” el no, porque ese no, que constituye el eje de todo protesta, en el fondo es también la fórmula del derrotismo, el orden y la anarquía. Sin embargo, él mismo hace ver que el “no” en la boca del que sabe se convierte en centinela para cerrar el camino a cada “sí” precipitado en el campo de lo provisional, de lo palmario y de lo inauténtico.

Dicho lo anterior formula la pregunta clave de su ensayo. ¿Cómo podemos protestar sin que nuestro no se enrede en las restricciones y sin que lo devore la dimensión ontológica?

En el período de la posguerra Klaus Heinrich encontró condiciones profundas en la cultura alemana frente al destino de autodestrucción de nuestra especie. Hoy sus tesis necesitan retomarse porque las protestas no están llevando a ningún lado. Les falta fuerza; carecen de sentido y contenido. 

El riesgo es que de nueva cuenta la falta de palabra, de discurso honesto y sobre todo de humildad están generando las condiciones de contemplación que permitieron y siguen permitiendo el arribo al poder de los ambiciosos, de los psicópatas y de toda esa estirpe que ha construido el infierno en nuestro paraíso.

Referencia

Heinrich, Klaus. Ensayo sobre la dificultad de decir no, traducción de José Andrés Ancona Quiroz. Ed. Fondo de Cultura Económica, 2012, México.

@LuisManuelArell

Aclaración: El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.

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