Logo de Excélsior                                                        

Cuentas claras, chocolate espeso

Atalo Mata | 20:51
https://cdn2.excelsior.com.mx/media/pictures/2018/03/19/aloquevoy_logo.jpg Atalo Mata

 

Tampoco sería justo descalificar al gobierno de la Cuarta Transformación únicamente por hobbie. Cuando hay que resaltar algo, por sentido común y honestidad, debemos hacerlo, sobre todo nosotros los periodistas.

Se ha pugnado por mantener y lograr ahorros multimillonarios, ya que a decir de esta administración, los sexenios pasados se dedicaron a saquear al país.

Hay que darle el reconocimiento a una nueva gestión gubernamental que tiene como meta dejar de malgastar los recursos en banalidades, lujos y hasta excentricidades.

Y de acuerdo con algunos que se sintieron afectados por esta merma presupuestal como en el sector salud, las estancias infantiles o despidos masivos en el ámbito público, aseguran que con estas medidas hasta se les pasó un poco la mano al pretender evitar despilfarros.

Apenas en estos días el Senado aprobó la Ley de Austeridad Republicana que, entre otros preceptos, otorga una partida secreta al Presidente, y se obtendrá de los ahorros logrados con el plan de austeridad que impulsa el Ejecutivo federal para invertir en los programas más urgentes.

Es lógico ver que las circunstancias económicas de otros presidentes mexicanos tenían peor reputación que la actual, pero tampoco sabemos qué tan conveniente es que el mandatario en turno empleé dinero de forma discrecional.

Es decir, el gobierno federal de Morena tendrá un importe que finalmente se utilizará a criterio de alguien, que seguramente será del político tabasqueño. Recuerdo perfectamente una frase del filósofo romano Séneca, conocido por sus obras de carácter moralista: “Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad”.

Aquí el punto central es que Andrés Manuel López Obrador tendrá que ser muy ordenado y quizá hasta metódico para no despertar sospechas de esos recursos que tendrá para un manejo con demasiada libertad y decisión propia.

Y es que el debate de cuidar o no correctamente el dinero, vuelve a emerger cuando aparecen señales incoherentes y cifras de gastos en otras materias. 

Veamos. En tan sólo un año, la 4T ha celebrado con sus votantes cuatro fiestas, tres de ellas que costaron casi 17 millones de pesos. Su cierre de campaña con la cantante Belinda ascendió a 5.1 millones de pesos; el 1 de diciembre cuando tomó protesta gastó 8.9 millones de pesos, y simplemente el “bailongo” de este lunes por su primer año de haber ganado en las urnas, salió en 3.3 millones.

Aclaro, no se trata ahora de ser “cuentachiles” cuando anteriormente el dinero era escamoteado, dilapidado y derrochado con más facilidad y cinismo.

Aplaudamos que algunos vicios de antaño empiezan a desvanecerse, pero no por ello permitamos que sean otros vicios los que, al fin y al cabo, generen las mismas facturas pero con diferentes conceptos. Tanta fiesta puede estar bien, pero la cruda llega al pagar la cuenta.

Twitter: @AtaloMO

Aclaración: El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.

Comparte en Redes Sociales